lunes, octubre 30, 2006

Su nombre en un trozo de papel

A veces pienso que vivo anclada en el pasado. No me refiero a que no viva el presente, o no esté continuamente acordándome y arrepintiéndome de cosas que hice. No es eso, pero suelo pensar en mi pasado, sobre todo porque echo de menos ciertos momentos o a ciertas personas. No es que mi pasado fuera una maravilla, ni que me lo pasase estupendamente; más bien todo lo contrario: no tengo un pasado del que estar orgullosa. Hace unos años atrás, y tampoco demasiados, yo era bastante tonta y la opinión de la gente influía mucho en mí. No es que fuera estúpida, al revés, aprobaba y solía ser de las listas de la clase, tal vez por eso se metían tanto conmigo y con las que eran como yo, las mortadelas de la clase, como nos solían llamar. En fin, no es para acordarse y suspirar diciendo: ¡oh, que buenos tiempos aquellos! Como he dicho, si echo de menos algunas cosas de mi pasado, son unos cuantos momentos y a unas pocas personas.
El fin de semana pasado, limpiando el polvo de mi habitación (el cual tiene un gran carácter sedentario) encontré algo curioso en un cofrecito de madera donde guardo canicas y cosas por el estilo. Encontré un papelito recortado en el que había escrito un nombre, y escrito por esa misma persona. Me hizo mucha ilusión y me quedé un bue rato mirando el papelito con una sonrisa en la cara. Sé que es una tontería, porque precisamente la persona que escribió su nombre en ese trocito de papel se portó muy mal conmigo, me dio la espalda y no he vuelto a saber nada más de él. Además, muchos de mis amigos siempre me han dicho que ni siquiera merece que me acuerde de él, o que malgaste mi tiempo pensando en aquellos "buenos tiempos", pero no puedo evitarlo. Porque precisamente, en mi feliz y grandioso pasado, unos de los pocos momentos que realmente fueron, no buenos, sino muy buenos, fueron tales gracias a esa persona. Y por ese motivo guardé aquel trozo de papel con su nombre escrito por él en el cofrecito de madera, como si fuera un tesoro.
Sé que probablemente no vuelva a saber de él, y por supuesto, que las cosas nunca serán lo que fueron, pero me siento contenta guardando ese papel como símbolo de los mejores momentos de mi pasado. ¿Y qué más da si lo hago? Sólo son unas letras garabateadas en un trozo de papel.

4 comentarios:

Camilo dijo...

Esos recuerdos idílicos o nostálgicos del pasado no pertenecen realmente al pasado, sino al presente. Desde lo que ahora somos reescribimos nuestra historia, aunque esa historia nada tena que ver con la que vivimos entonces. Esas sensaciones, esas experiencias, esa impresión de lo que fuiste estan aquí, ahora mismo y en lo que eres. Búscalas en el presente o proponte buscarlas en el futuro. Detrás de nosotros no hay absolutamente nada.

Nadia dijo...

¿Nada detrás de nosotros? Hm, no estoy tan segura. Todo lo que hay detrás de nosotros nos hace ser como somos hoy en día, aunque no tenga ningún sentido, puesto que el pasado, pasado está. Pero sigue estando áhí.

Camilo dijo...

Claro que el pasado tiene importancia (que me lo digan a mí que soy historiador). Pero ese pasado ya no existe sino a través de los ojos del presente. ¿De qué nos sirve preguntarnos "qué hubiera pasado si" o "dónde estaría yo si"...? Nuestras decisiones han creado esas preguntas y no otras.

Nadia dijo...

En eso sí estoy de acuerdo contigo. Es una pérdida de tiempo preguntarse "y si..." puesto que da igual, no va a poder cambiarse nada. Pero es no es lo mismo que decir que no hay nada detrás de nosotros ^^u