viernes, enero 12, 2007

Carencia de datos genéticos

Por acumulación, y acumulación, de datos genéticos, tanto válidos como erróneos o, simplemente, vacíos, a lo largo de las generaciones y generaciones de mi familia... tanto mi hermano y yo hemos tenido la mala pata sin quedarnos sin dos genes necesarios, tanto por parte de madre como de padre. Hay que ver lo que es tener mala suerte; tenía que tocarnos a nosotros. Y encima a los dos... en fin, peor para mis padres, que son los que tienen que pagar el tratamiento. Sí, tratamiento; tratamiento odontológico, más concretamente. Pues lo que me falta es el colmillo derecho. Lo tenía de leche, quedaba tan bonito..., pero cuando se cayó...¡oh! ¡la niña no tiene colmillo de repuesto!
Ahí empezó todo. Que me quitaran los dientes y últimas muelas de leche con mucha prisa para ponerme un aparato (brackets arriba y abajo), que además de antiestético, era doloroso, durante casi tres años, mientras que en un principio iba a ser solo año y medio y que me costó olvidarme de los chicles y de las pipas. Tras quitar el aparato, fundas de plástico para todo el día menos en las comidas, luego en la mitad del día, y luego solo para dormir. Eran un coñazo. Luego me pusieron un diente de pega, provisional, que era un auténtico engorro. Se me cayó..., creo que por lo menos tres veces. Una vez por sujetar una percha con los dientes...(patético, lo sé), otra por comerme una manzana a bocados y por alguna otra cosa más. Así que después de que me lo pusieran por última vez, tuve mucho más cuidado e incluso dejé de comer pan del día; si me hacía bocadillos, eran de pan de semillas.
Y ahora por fin, el tratamiento está llegando a su fin... y a la parte más desagradable: poner un implante fijo, de esos de tornillo. Justo esta mañana he salido de la...."intervención", como lo ha llamado mi dentista, y ahora tengo un tornillo de sino un centímetro, puede que incluso más, entre mi paleta y el diente de al lado del colmillo, incrustado en mi encía, ¿bonito, verdad? Mientras esperaba sentada a que me tocase, sola en la sala, estaba de los nervios, intentando no imaginar la forma en la que pretendían meterme el tornillo en el hueco que hay vacío en mi dentadura, escuché como mi dentista (en el fondo es muy buen hombre) despedía a la mujer que iba antes que yo (a la que también le habían hecho un implante) y como le daba cita para quitarle los puntos. Al escuchar la palabra puntos, la pierna se me ha puesto a temblar sola. ¡Puntos! ¡Con lo "cagá" que soy yo para esas cosas!
Y después me ha tocado a mí. Me han puesto muuucha anestesia en muuuchos sitios (que menos) y luego me han pintado la cara con betadine desde la nariz hasta la barbilla. Vamos, que iba yo muy guapa a la "intervención", además de con el lado derecho de mi cara completamente insensible, incluida la nariz hasta cerca del ojo.
Luego ya no me he enterado de nada. Me han puesto un papel verde que me impedía ver, y yo misma he cerrado los ojos. No me ha dolido, por suerte. Pero seguía estando muy nerviosa. Lo primero que se me ha venido a la cabeza ha sido:"don't panic" y me he sorprendido de que fuera en inglés. Así que para intentar entretenerme, me he puesto a pensar en inglés. Al menos al principio, luego he tenido que dejar de pensar, porque tenía una URGENTÍSIMA (sí, en mayúsculas bien grandes) necesidad de ir al servicio. Ha sido horroroso tener que aguantarme, con el estómago ya ardiéndome cerca del final. Solo quería que terminaran para poder ir al servicio. Por fin me pusieron los puntos, me quitaron el papel verde y me dijeron que pasara a otra habitación para que me pusieran el diente de pega de nuevo, pues mientras que pasan los dos meses que pasarán hasta que me pongan el diente fijo, no voy a quedarme sin ninguno. Pero antes pedí permiso para ir al servicio. Ahhh... que agusto me quedé, por dios.
Y ya está, ahí queda la cosa. Me lavaron la cara con alcohol para quitarme el betadine, y ala, a casa. Yo iba muy incómoda por la anestesia, pero contenta de que no me hubiese dolido. Cuan equivocada estaba... nada más llegar a mi casa, y sin que se me hubiese pasado la anestesia, la encía me dolía a reventar.
Ahora, cinco días a base de antiflamatorios, antibióticos y un cepillo especial. Ains...

1 comentario:

Camilo dijo...

ya puestos podías haberles dicho que te pusieran un colmillo como el de Ryoga, que le quedaba la mar de gracioso.

^_^

A mí una muela me está empezando a perturbar algo... Pero hasta que no me duela a morir no pienso ir al dentista. No señor.